lunes, 19 de febrero de 2007

Sobre la existencia de Dios.

Puestos a creer en algo, al menos, que sea comestible.

4 comentarios:

El Sombrerero Loco dijo...

Lo siento, cariño, pero odio tanto ese bote de leche, ¡que prefiero creer en Dios!


NOTA: ¿Te has fijado en lo imposible que es hacerle el boicot a Nestle?

Un beso.

Mars Attacks dijo...

¿Cómo se odia a un bote de leche?

Ella dijo...

No sé muy bien cómo, pero sí, se puede, se puede. Tiene su historia.
Aunque yo creo que lo que de verdad odias, amor, son las clases a las ocho de la mañana y los textos de Alan Bennett...

Mars Attacks dijo...

Me imagino cruzándome por la calle con ese bote de leche y lanzándole una mirada furibunda y penetrante, con música de duelo al amanecer en el salvaje oeste.

Bueno, va, ya dejo de interponerme entre tanto cariñito (aunque a veces da la sensación de que es la única forma de que uno se lleve algo, porque esto de la sequía se está extendiendo a algo más que al clima...).