miércoles, 24 de mayo de 2006

Si grito al espejo, refleja mi eco.

Soy aquella a la que nunca miras de verdad, a la que apenas saludas en el rellano, a la que no felicitas en Navidad. Aquella que camina de puntillas, que te roba los folletos publicitarios del buzón, que te mira de reojo en el supermercado. Soy aquella a la que siempre se te olvida invitar, aquella con la que nadie cuenta, que nunca sabe bien si iba o volvía. Me he convertido en tu sombra.
[...]
Estoy planeando un asesinato. Y no crean que es tarea fácil. Mi vida se reduce a estas cuatro paredes, desde donde observo la calle, anoto sus idas y venidas, escribo todo lo que se me ocurre y me escondo, proyectando mi silueta en la ventana. Mi vida se reduce a esto: a mantenerme oculta, dibujada tras las cortinas, esperando mi gran momento.Pero no sé retirarme a tiempo. Cuando te vas, siempre me dejas un sabor agridulce en las pestañas, me dejas cansada y triste, pero satisfecha al fin, suspirando de eterna gratitud por prestarme tu alma un segundo. Me acurruco entre otros brazos, te oigo respirar despacio tras la puerta y me invade una ternura infinita a la que no le puede el sueño. Reparto caricias sin pensar, imagino tu cuerpo como un animal dormido, te invento recién amanecido. Pero a veces también me canso de esperar, de compartirte con otras de carne y hueso, de perderte de vista. Y echo a correr hacia la playa. Estoy planenado un asesinato. Y no crean que es tarea fácil. Pero no te preocupes, mi amor, que nos quedará todo el tiempo del mundo para querernos...

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