lunes, 29 de mayo de 2006

El borde de mis párpados...

... y el porqué de lo que escribo (y no desisto).
¿Acaso no ha entendido todavía, viejo y podrido retrógrada,
que escribo para lanzarles flechas a los pieles roja?

Escribo porque sí, porque no, porque tal vez,
quizá, mañana, otro día, no lo sé,
escribo por el mundo, por su hija, por usted,
porque duele, porque llueve, por joder.
Escribo porque quemo, porque observo, porque la vida,
porque mancho, porque caigo, porque me alivia.
Escribo por mí, por otros, escribo y recito
por su boca, por su piel, por sus gritos.
Escribo porque lejos, porque tiemblo, porque vuelvo,
porque siento, porque beso, porque tengo.
Escribo, me enredo...
y tú dibujas la curva de mi pecho
con lo leve de tu vuelo.

(A Samuel, que me dio la idea).