jueves, 8 de junio de 2006

Mierdra.

Hoy quería escribir, escribir mucho, páginas y páginas de sensaciones sin remedio, contar que tengo una herida que no se me cura y etcétera, pero no. Hoy no escribo, porque quería decir algo sin utilizar mis palbras predilectas, o al menos aquellas que salen siempre aunque no las llame, y no he podido. Sólo he conseguido hacer una lista de las palabras que repito con cierta frecuencia (insistencia?) y de manera casi involuntaria. A saber:

- amor (claro que sí, ésta no podía faltar, y eso que ni siquiera sé lo que significa) - labios, boca y derivados (no sé por qué, pero es inevitable, siempre se me cuela alguna) - cuerpo, piel, besos, caricias (éste es el kit ñoño y cursi del que no logro desprenderme por más que lo intento)
- luz, oscuridad (dicotomía indispensable en cualquiera de mis absurdas creaciones literarias)
- los puntos suspensivos (sí, ya sé, no es una palabra... Bueno, yo tampoco lo entiendo, debo ser adicta a ese bonito e inútil signo de puntuación...)

Así que ya está. No he conseguido escribir nada decente. Otra vez será.
Vosotros no os preocupéis. Haced como yo. Escribid menos y hablad más. Leed mucho, id a la playa. Mudaos de casa.
Al fin y al cabo, la vida ya es literatura. Y de la buena.
A veces incluso te regala amor, luz y besos en la boca...

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